También me da la sensación de que pretenden llegar a los niños y les dedican un montón de maquinitas (la mayoría se trata de darle vueltas a una manivela) que no sé cómo no se rompen.
El caso es que lo que más me gusta es el mariposario (a pesar del calor húmedo y asfixiante que hace dentro) con las tortugas que se escapan del estanque y las mariposas que son tan grandes y vuelan tan torpemente que dan miedo. También fue interesante ver el espectáculo de las aves rapaces, aunque llegamos tarde pudimos ver el halcón cazando una presa falsa. Y aunque sea trivial, la tienda de recuerdos tiene aparatejos curiosos (y ranas viscosas como la que yo me compré).
1 comentario:
nada nada, que no me has puesto ninguna foto :@
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