6/1/11

Campus Stellae

Hoy en Saber y Ganar han tenido un pequeño fallo:

Ante la pregunta de qué efecto luminoso fue el desencadenante para que Pelayo encontrara el sepulcro del apóstol Santiago, han dado como solución una lluvia de estrellas.

No es del todo erróneo, pero no hubo tal fenómeno. En efecto, Pelayo advirtió noche tras noche que algo brillaba. Pensó que podía ser una lluvia de estrellas, pero al extrañarse de que el resplandor se prolongara a través de los días, llamó al obispo Teodomiro para comentárselo y bajar una noche a explorar la zona.

Cuando llegaron allí descubrieron los restos del apóstol Santiago y de sus discípulos Teodoro y Atanasio.

¿Qué producía entonces aquella luz?
Los huesos tienen fósforo, elemento que luce en la oscuridad al entrar en contacto con el oxígeno. El resplandor, por tanto, no procedía de una lluvia de estrellas, sino que lo emitían los cientos de huesos que había en la fosa donde se encontraba el apóstol. Y sí, al lugar se le llamó campus stellae por su similitud con un campo estrellado, de ahí el topónimo de Santiago de Compostela.