Después de un mes de vacaciones vuelvo a escribir, hace poco que he llegado, y ya queda un mes de vacaciones que se pasa rápido entre preparaciones para el nuevo curso y despedidas de los que se van de Erasmus (es decir, media clase).
En fin, me he comprado al llegar una revista y he leído algo interesante acerca de los tacos: hicieron una investigación en la que un grupo de personas tenían que meter la mano en agua con cubitos de hielo, a algunos de ellos se les prohibía decir palabrotas, a los otros se les estaba permitido. Como si de un analgésico se tratara, los que podían pronunciar tacos consiguieron aguantar más tiempo con la mano metida en el agua helada. Lo más curioso es que hacía más efecto en las mujeres, probablemente porque los hombres usan más las palabrotas en el día a día y perdían algo de efecto.
Por cierto, voy a divagar un poco, Javi y yo estamos viendo un debate de política en La Noria, y estamos comentando que no deberían colocar a los tertulianos en dos bandas, la derecha y la izquierda, como si fuera el hemiciclo; lo que se consigue es que se les vea el plumero antes de que abran la boca y te obligan a posicionarte.
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